La corrosión y sus soluciones
Las principales fuentes de corrosión en calderas son la Corrosión por Oxígeno o “Pitting” y la Corrosión Cáustica.
Los métodos conocidos de lucha contra la corrosión se basan en evitar la salida de corriente eléctrica continua del ánodo al agua (electrolito), impidiendo así las reacciones anódicas de disolución del metal. Si no sale corriente continua del ánodo, significa que no circulan electrones a través del metal del ánodo al cátodo, por lo que no se producen las reacciones anódicas que corroen el metal.
Metales resistentes a la corrosión
Una buena alternativa es utilizar materiales nobles o pasivables en los que no se formen zonas anódicas y catódicas en las condiciones de trabajo.
En las instalaciones de un edificio este criterio se debe aplicar utilizando materiales como el cobre, los aceros inoxidables e incluso el titanio para algunas aplicaciones singulares.
Hay que tener en cuenta el comportamiento de los distintos materiales metálicos y los límites de este criterio frente a ciertas condiciones de trabajo y en presencia de aguas con características especiales.
Tratamiento del agua
Otra forma de minimizar la corrosión es actuar sobre el electrolito y realizar un tratamiento químico del agua. En estas condiciones, las pilas de corrosión permanecen inactivas por las condiciones del agua. En un circuito cerrado con poca aportación de agua, la ausencia de oxígeno y el pH elevado impiden las reacciones catódicas, por lo que tampoco se producen las reacciones anódicas. Si la aportación de agua es suficientemente baja, el circuito cerrado puede comportarse de forma espontánea como si se hubiese realizado un tratamiento del agua.
Más adelante, al analizar los diferentes circuitos hidráulicos, se darán indicaciones sobre los tratamientos de agua más adecuados para cada caso.
Revestimientos superficiales
Los revestimientos pretenden separar el metal del medio agresivo aumentando la resistencia eléctrica e impidiendo el paso de la corriente. Cualquier pequeño fallo en el revestimiento puede provocar corrosión localizada por picaduras (Pitting).