Modificación Reglamento 842 del 2006 nueva normativa
En septiembre de 2011, la Comisión publicó un informe sobre la aplicación del Reglamento 842 del 2006 (Reglamento Europeo sobre la reducción, contención y control sobre la emisiones determinados gases de efecto invernadero).
En él se llegaba a la conclusión de que el Reglamento podría ofrecer importantes reducciones de emisiones si se seguía mejorando y se aplicaba plenamente.
También se señalaba en dicho informe que era preciso tomar más medidas para seguir reduciendo las emisiones de gases fluorados en la UE, por los problemas asociados con el impacto al cambio climático a nivel mundial. Si se consiguiera sustituir los gases fluorados por alternativas seguras sin impacto sobre el clima (o con un impacto menor), alternativas reales como son las instalaciones de CO2 y amoniaco las cuales usan refrigerantes naturales, de esta manera las emisiones anuales expresadas en equivalentes de CO2 podrían reducirse en dos tercios para 2030 a un coste relativamente bajo, con lo cual es una exigencia un cambio en lo establecido en el Reglamento 842 del 2006.
La adopción de medidas claras y rápidas para explotar las opciones de reducción de gases fluorados relativamente baratas como las comentada anteriormente, servirá para evitar los costes potencialmente más elevados asociados a la reducción de otros gases de efecto invernadero en otros sectores industriales.
Sin embargo, algunas partes interesadas han declarado que es difícil comercializar tecnologías alternativas más ecológicas en las condiciones actuales del mercado, tendencia que en el actualidad esta cambiando.En Dinamarca, por otra parte, donde se aplican normas nacionales más estrictas sobre los gases fluorados, hay empresas de nueva creación y PYME que han conseguido innovar y comercializar nuevas tecnologías ecológicas, convirtiéndose en líderes del mercado.
